El 6 de noviembre de 2012 se celebrará un plebiscito para que todos
los ciudadanos decidamos cuál es el estatus que queremos para Puerto
Rico. En esta consulta habrá dos preguntas. La primera: Está usted
de acuerdo con mantener la condición política territorial actual?
Al contestar que Sí, usted está diciendo que está de acuerdo en
que sigamos con la siutación actual, pero si contesta que No,
significa que quiere un cambio.
Mucho
se ha hablado sobre la condición de estatus actual en Puerto Rico,
siendo territorio de Estados Unidos, lo cual se ha comparado con una
colonia.
Según
el Diccionario de la Lengua Española, colonia es un ¨Territorio
dominado y administrado por una potencia extranjera.¨ En
definicionabc.com se define como ¨aquel territorio que se encuentra
bajo el dominio y la administración de una Nación extranjera que
ostenta un amplio poderío.¨
Muchos
son los que afirman que Puerto Rico es un país autónomo, con
gobierno propio, y que se encuentra en una relación con Estados
Unidos, de tú a tú, porque así lo hemos querido, porque hubo un
pacto bilateral entre Puerto Rico y la nación americana.
La
realidad es que Puerto Rico es un territorio de Estados Unidos,
cedido por España en 1898 mediante el Tratado de Paz entre los
Estados Unidos de América y el Reino de España, conocido como ¨Tratado de París.¨ El artículo 9 de dicho Tratado señala que “los
derechos civiles y la condición política de los habitantes en
Puerto Rico serán determinados por el Congreso.”
La Constitución de Estados Unidos, en su Artículo 4, sección 3.2
dispone que ¨El Congreso
podrá disponer de, o promulgar todas las reglas y reglamentos
necesarios en relación con, el territorio o cualquier propiedad
perteneciente a los Estados Unidos.¨
La Ley Foraker de 1900 dejó muy claro que las leyes de Estados Unidos
tendrán la misma fuerza y validez en Puerto Rico que en los
Estados Unidos, excepto las que sean localmente inaplicables y
las leyes de rentas internas. Además, en esta ley se establece que
Puerto Rico tendrá un gobernador nombrado por el Presidente de los
Estados Unidos, mediante el concurso y consentimiento del Senado.
La Ley Jones de 1917 dispuso: ¨Toda persona nacida en Puerto Rico en o
después del 11 de abril de 1899 (ya sea antes o después de la fecha
en que entre en vigor esta Ley) y que no sean ciudadanos, súbditos o
nacionales de alguna potencia extranjera, se declaran por la presente
ciudadanos de los Estados Unidos.¨
En
otras palabras, los puertorriqueños somos ciudadanos americanos por
virtud de la Ley Jones y no por la Constitución de Estados Unidos.
Es una ley aprobada por el Congreso la cual, al igual que cualquier
otra ley, puede ser enmendada o derogada cuando el Congreso así lo
decida. No podrían quitar la ciudadanía a los que ya son ciudadanos
americanos porque es un derecho adquirido, pero sí podrían decidir
que los que nazcan a partir de alguna fecha en específico no sean
ciudadanos americanos.
El
3 de julio de 1950, el Congreso de Estados Unidos aprobó La Ley 600
aduciendo que habían reconocido que el pueblo de Puerto Rico tenía
derecho a un ¨gobierno propio¨, por lo que podían organizar un
gobierno basado en una Constitución adoptada por el pueblo.
Pero
en esa misma ley, se dispuso que luego de aprobada y adoptada la
Constitucón, el Presidente de Estados Unidos estaba autorizado a
enviar la misma al Congreso para que éste la aprobara, si
el Presidente quedaba convencido que la Constitución estaba de
acuerdo con las disposiciones de la Ley 600 y con la Constitución de
Estados Unidos. En otras palabras, no era que el
pueblo de Puerto Rico iba a crear una Constitución libremente y que
así iba a quedar aprobada, tenía que pasar por el cedaso del
Congreso de Estados Unidos para que pudiese entrar en vigor.
La
Constitución de Puerto Rico luego de quedar aprobada por Convención
reunida en el Capitolio de Puerto Rico el 6 de febrero del 1952 y
ratificada por el pueblo, fue aprobada por el Congreso de Estados
Unidos y entró en vigor el 25 de julio de ese mismo año. Desde
entonces, nuestra relación con los Estados Unidos, o sea, nuestro
estatus político, no ha cambiado.
Tenemos
una Constitución, leyes estatales y reglamentos, pero por encima de
éstas, están la Constitución de los Estados Unidos, las leyes
federales, los reglamentos federales y las decisiones del Tribunal
Supremo de Estados Unidos. (De acuerdo al Artículo 4 de la
Constitución de E.U.A. Antes citado.) Podemos tener un ¨gobierno
propio¨, una Constitución, unas leyes, reglamentos y un Tribunal de
Justicia, siempre y cuando no vayan en contra de las leyes de Estados
Unidos. Pero, no tenemos derecho a votar por el Presidente que toma
decisiones que nos afectan y no tenemos representación en el
Congreso de Estados Unidos, donde se aprueban constantemente leyes
que nos aplican, o donde se le dan beneficios a los ciudadanos
americanos, pero no nos aplican a nosotros.
No
nos aplican a nosotros porque somos territorio de Estados Unidos,
propiedad de Estados Unidos, pero no somos parte de esa nación. La
tierra que pisamos, y donde vivimos no es nuestra. Es de un gobierno
con gran poderío, que puede tomar decisiones por nosotros, pero
nosotros no tenemos derecho a escoger a las personas que van a tomar
esas decisiones que nos afectan tanto.
Muchos
dirán que esto es discrimen, con lo que yo estoy de acuerdo. Pero el
Tribunal Supremo de Estados Unidos, en uno de los casos conocidos
como ¨Insulares¨ donde se alegaba discrimen contra Puerto Rico,
dijo que para cosas domésticas, o sea, asuntos internos que tengan
que ver con los ciudadanos de Estados Unidos, nosotros somos
extranjeros, pero para cuestiones internacionales, como los
tratados de comercio, nosotros somos parte
de Estados Unidos por lo que no podemos tomar nuestras decisiones ni
hacer nuestros convenios de comercio, sin antes pedir permiso a
Estados Unidos.
En
BALZAC v.
PEOPLE OF PORTO RICO, 258 U.S. 298 (1922) el Tribunal Supremo de
Estados Unidos señaló que Puerto Rico no era un territorio que se
haya incorporado a la Unión, o que se haya convertido en parte de
los Estados Unidos, sino que se dintinguía por meramente
pertenecerle.
¿Es
eso lo que queremos? ¿Es eso lo que nos conviene como pueblo? ¿Que
una nación con poderío diga lo que se hace o no en Puerto Rico, que
tome decisiones por nosotros y no podamos escoger a las personas que
toman las decisiones?
Imaginemos
una urbanización con una asociación de residentes, donde haya una
Junta de Directores y los residentes no puedan escogerlos, pero la
Junta de Directores tomen todas las decisiones que ellos crean
necesarias para los residentes. Otro ejemplo, una persona con derecho
a ¨uso¨ de una propiedad, puede vivir ahí, disfrutar de la
propiedad, pero es el dueño el que toma TODAS las decisiones sin
contar con el usuario, ni tomando en cuenta la opinión de éste,
aunque le conceda algunos beneficios. Esto es lo más parecido a la
relación actual de Puerto Rico con Estados Unidos.
El
plebiscito que se celebrará el 6 de noviembre de el presente año es
precisamente para darnos la oportunidad a todos los puertorriqueños
de que decidamos si queremos seguir siendo territorio de Estados
Unidos, con todo lo que eso representa, sin tener representación en
el Congreso, sin el derecho a votar por el Presidente, o si
queremos un cambio.
En
caso de querer un cambio, se dan tres alternativas:
La
primera, Estadidad, dice: ¨Prefiero que Puerto Rico sea un
estado de Estados Unidos de América, para que todos los ciudadanos
americanos residentes en Puerto Rico tengan iguales derechos,
beneficios y responsabilidades que los demás ciudadanos de los
estados de la Unión, incluyendo derecho a la plena representación
el el Congreso y participación en las elecciones presidenciales, y
que se requiera al Congreso Federal que promulque la legislación
necesaria para iniciar la transición hacia la estadidad. Si está de
acuerdo marque aquí.¨
La
segunda, Independencia, dice: ¨Prefiero que Puerto Rico sea
una nación soberana y totalmente independiente de Estados Unidos y
que se requiera al Congreso Federal que promulgue la legislación
necesaria para iniciar la transición hacia la nación independiente
de Puerto Rico. Si está de acuerdo marque aquí.¨
La
tercera alternativa, Estado Libre Asociado Soberano, dice:
¨Prefiero que Puerto Rico adopte un estatus fuera de la Cláusula
Territorial de la Constitución de Estados Unidos, que reconozca la
soberanía del Pueblo de Puerto Rico. El Estado Libre Asociado
Soberano se basaría en una asociación política libre y voluntaria,
cuyos términos específicos se acordarían entre Estados Unidos y
Puerto Rico como naciones soberanas. Dicho acuerdo dispondría el
alcance de los poderes jurisdiccionales que el pueblo de Puerto Rico
autorice dejar en manos de Estados Unidos y retendría los restantes
poderes o autoridades jurisdiccionales. Si está de acuerdo, marque
aquí.¨
La
primera alternativa nos haría parte de Estados Unidos con todos los
derechos y responsabilidades que tienen los ciudadanos que residen en
los estados.
La
segunda alternativa nos separaría totalmente de Estados Unidos.
La
tercera alternativa, aunque seríamos una nación independiente,
permite una asociación libre y voluntaria, pero no sabemos
cuáles serían los términos que se acordarían en esa asociación
ni los poderes jurisdiccionales que el pueblo va a autorizar a dejar
en manos de E.U.A. Lo cierto es que no tendríamos derecho a ser
ciudadanos ni a recibir los beneficios que recibimos actualmente
porque seríamos una república independiente, pero amiga de Estados
Unidos. Tampoco sabemos si Estados Unidos estaría de acuerdo a
darnos algunos beneficios o ayudas y cuáles serían éstos. Es la
misma relación que tiene, por ejemplo, Panamá con E.U.A. Durante
los cuatro años que viví allá, me percaté de la relación
amistosa existente entre ambos países, incluyendo el hecho de que
Panamá usaba moneda común con E.U.A., pero no son ciudadanos
americanos, y la Constitución, leyes federales, reglamentos y
decisiones del Tribunal Supremo NO aplican a esa nación.
El
plebiscito sobre el estatus de Puerto Rico es un asunto sumamente y
extremadamente serio. No se debe tomar a la lijera. No es cuestión
de votar por una alternativa que represente la voluntad de un partido
político ni que represente a nuestro político preferido. Tampoco es
un asunto insignificante como para decidirlo como un ¨voto de
castigo¨ hacia el gobernador.
Llevamos
muchos años bajo el control de una nación que hasta ahora no nos ha
dado el derecho de escoger a los líderes, que deberían ser
¨nuestros líderes¨, ya que toman decisiones que nos afectan
grandemente. Pero, nosotros mismos, no hemos exigido ese derecho.
Ya
es hora de que el pueblo decida si quiere un gobierno propio, sin la
intervención de otra nación, donde se puedan tomar las decisiones
libremente. O, por otro lado, si decidimos ser parte de Estados
Unidos, pero de forma digna, con el derecho de escoger al Presidente,
y con representación en el Congreso, que tantas veces toma
decisiones que nos afectan, pero que no se sienten con la obligación
de velar por nuestros mejores intereses, ya que no hay nadie que vele
por ellos.
Tenemos
que decidir si queremos ser parte de Estados Unidos, con todos los
beneficios o ayudas federales que recibimos y a las que estamos
acostumbrados, o si somos capaces de renunciar a todo eso y ser una
nación independiente y tomar las riendas de nuestro país y de
nuestro destino.
El
6 de noviembre cumple con TÚ responsabilidad. Vota de forma
consciente, pensando en lo que es mejor para ti, para tus hijos, para
Puerto Rico y NO en lo que prefiera un político en particular, que
por lograr sus propios intereses haga anuncios irresponsables para
confundir al pueblo.
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