jueves, 8 de diciembre de 2011

Activista Pedro Julio Serrano culpa a Wanda Rolón y a grupos religiosos

El activista Pedro Julio Serrano responsabilizó a la pastora Wanda Rolón y a los grupos religiosos por promover la violencia en contra de las comunidades lésbica, gay, bisexual, transgénero y transexual (LGBTT).

Wanda Rolón admitió en un evento del Departamento de Familia que apoya eliminar del Código Penal los agravantes en la comisión de un delito por prejuicio en contra de la orientación sexual, género, identidad de género y origen étnico.

Según Serrano, estos no son privilegios como aduce la pastora, sino que son derechos humanos que les tienen que proteger sin distinción. Añadió que con su retórica de odio e intolerancia, los grupos religiosos no solo continúan incitando a la violencia en contra de las comunidades LGBTT, sino que pretenden dejarlos sin protección para que los crímenes de odio queden impunes.

Dijo también que es hora ya de que la separación entre Iglesia y Estado sea total y absoluta.

Estoy de acuerdo con él en que tiene que haber una separación entre Iglesia y Estado la cual está expresa en la Constitución de Puerto Rico. Esta separación garantiza que las personas puedan tener sus creencias religiosas, o sea, libertad de culto, sin que el Estado pueda intervenir.

Aún así, los líderes religiosos pueden dar su opinión cuando ven que el Estado no cumple adecuadamente con sus obligaciones y abusa de su poder contra los ciudadanos, lo que podría implicar violaciones a los derechos civiles. (Recuerden que hay libertad de expresión.) Lo que no puede ocurrir es que sea el Estado el que diga a los religiosos cómo hacer su trabajo y cuáles son las creencias que deben tener los ciudadanos.

Pero no hay una protección constitucional por orientación sexual.

La Carta de Derechos de la Constitución del E.L.A. en su Sección 1 establece que la dignidad del ser humano es inviolable. Todos los hombres son iguales ante la Ley. No podrá establecerse discrimen alguno por motivo de raza, color, sexo, nacimiento, origen o condición social, ni ideas políticas o religiosas.

He escuchado en un sinnúmero de ocasiones a personas decir que la Constitución los protege por su orientación sexual. Como vemos, y si nos circunscribimos a lo que dice la Constitución, no tienen razón. La Constitución expresamente prohíbe el discrimen por razón de sexo. No se puede discriminar contra ningún ciudadano por ser hombre o mujer. La orientación sexual que tenga cada cual no está protegida.

El problema es que cada vez esa comunidad crece. Antes se hablaba de la comunidad gay. Luego se hablaba de la comunidad homosexual y lésbica. Ahora incluyen hasta las personas bisexuales. Creo que esto es un problema serio. En cuanto a la orientación sexual existe una gama muy amplia. Hay que recordar, y sin ánimo de ofender a la comunidad LGBTT, que existen personas que son pedófilos, o sea, su preferencia sexual son los niños. Otros solo sienten satisfacción sexual mediante la violación, el sadismo o el masoquismo, fetichismo, zoofilismo, etc. Proteger constitucionalmente la preferencia sexual de una persona sería un peligro, porque cualquier persona podría alegar que su preferencia sexual debe estar protegida, aún cuando para otros esa preferencia pueda parecer una aberración.

No creo que los grupos religiosos promuevan el odio hacia la comunidad LGBTT. Soy una persona cristiana católica.

Lo que siempre he escuchado, desde pequeña, son prédicas en favor del amor al prójimo. Aunque en la Biblia se prohíba la conducta homosexual, siempre he escuchado sermones sobre el perdón y que la persona que esté libre de pecado que tire la primera piedra.

A mis hijas siempre les he enseñado que aunque no compartamos la misma opinión de otras personas y aunque no estemos de acuerdo con una conducta, tenemos que ser tolerantes. Hay que amar a todos los seres humanos sin importar su raza, origen o sus creencias. Y esas enseñanzas se las he dado gracias a lo que he aprendido en mi Iglesia y a lo que nos han enseñado los sacerdotes a lo largo de toda mi vida. No recuerdo que haya habido un solo momento en que algún sacerdote haya hablado en contra de los homosexuales, o en contra de ninguna persona por ser de otra religión. Lo que siempre recuerdo es que se promueve el amor al prójimo y la tolerancia.

Todos somos iguales y la Constitución nos protege a todos, hombres y mujeres. Pero no protege una conducta ni una orientación sexual. La conducta se puede regular, por eso existen el Código Penal, el Código Civil y las otras leyes.

No podemos mezclar las cosas ni confundir al pueblo. Si tenemos unas preferencias o unas creencias, no podemos imponerlas a los demás a base de engaños ni de tergiversar lo que dice la Constitución.

1 comentario:

  1. mejor explicado no puede estar este mensaje...este individuo Pedro Julio Serrano demustra ser una persona muy insegura y acomplejada que le gusta hablar en nombre de diferentes grupos en contra de todo lo nornal, tradicional y mayoritario y muchas veces la prensa escrita y televisada le dan foro y ya se autoproclama como el defensor de unos problemas contra una comunidad que existen solo en su imaginacion enferma...si este individuo se le diera poder seria un tirano contra todo lo que no este a su favor...

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